jueves, 28 de mayo de 2015

DISCURSO DEL 25 DE MAYO DEL 2015




Muy buenas tardes a todos y a todas.

¿Me escuchan bien? ¿Están seguros que me escuchan bien? Yo también los escucho siempre.

Hace exactamente doce años, un 25 de Mayo como hoy, en una hermosa mañana de sol, un hombre que había sido ungido como presidente de la Nación apenas con el 22 por ciento de los votos, pronunció un discurso ante la Asamblea Legislativa y el pueblo de la Nación, que algunos creyeron que era solo eso, un discurso -es más, desde alguna editorial se pronosticó, y fallaron como siempre, que ese gobierno iba a durar apenas un año-, fue un discurso fundacional.

Tal vez su concepto más recordado, su idea más difundida, haya sido cuando dijo que no pensaba dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada para gobernar el país.

Esa frase tal vez sea la más recordada, pero después vino otro concepto que también hoy, a doce años de aquel día, adquiere una dimensión simbólica sin precedentes. Enrollen las banderas por favor así todos pueden ver y los puedo ver a todos, por favor, es un rato chicos, enrollen las banderas, así nos miramos todos la cara. Tal vez una frase pasó un poco más desapercibida. Estaba relacionada con lo que había pasado y lo que él pensaba que tenía que ser su país. Él dijo que cambio era el nombre del futuro, pero dijo además que el cambio no era solamente un cambio económico, cultural o social.

También se pronunció sobre la dirigencia política de su país y dijo que desde ahora en más también iba a haber un cambio por la dirigencia, ya esa dirigencia política no iba a ser juzgada más por sus diagnósticos o por sus discursos. Veníamos de la experiencia dolorosa de discursos maravillosos y gobiernos desastrosos.

Dijo entonces que los dirigentes íbamos a ser juzgados por nuestras conductas, por nuestras acciones, por nuestra eficiencia pero, fundamentalmente, por los resultados de la política que aplicáramos en el país.

Y aquí estamos, a doce años de que ese hombre, con el 22 por ciento de los votos, les estaba contando y explicando a los argentinos cómo iba a hacer para legitimar esa acción de gobierno.

Cuando decía que no pensaba dejar las convicciones, algunos lo tacharon de setentista e ideologizado, los que son verdaderamente setentistas e ideologizados son los que quieren retornar a un pasado de los 90, a un pasado de los 70, a un pasado de represión, a un pasado de gobierno sin pueblo, esos son.

Y nosotros somos el gobierno de la transformación y el cambio. En estos doce años a él le tocó reconstruir y juntar los pedazos de país que nos habían dejado. Porque no se encontró con un país como me encontré yo en el 2007, él se encontró con pedazos esparcidos, se encontró con desesperanza en la sociedad, con escepticismo, con falta de autoestima y Dios sabe que a él lo que le sobraba era voluntad, coraje y decisión para levantar la autoestima de un pueblo que había sido humillado y pisoteado. Y lo hizo, dejando cachos de su vida en el camino también.

A él le tocó presidir en Mar del Plata la Cumbre de las Américas. Quisiera ver cuántos presidentes se plantan como se plantó él aquel 2005 en Mar del Plata para decir en nombre de su país y de la región sudamericana y latinoamericana que en la integración regional y no en la subordinación estaba el futuro.

Él, contra todos los pronósticos, también se plantó frente a un default que no había provocado ni declarado, pero se plantó diciendo que íbamos a pagar de acuerdo con nuestras posibilidades y encaró una negociación con firmeza, con la firmeza y la responsabilidad que deben tener los gobernantes cuando manejan el dinero y los recursos que no son de ellos sino que son del pueblo. Con esa firmeza y cuando arreciaban las críticas, de afuera y de adentro, porque parece mentira, pero también lo criticaron desde adentro por defender los intereses de los argentinos, se plantó y obtuvo la reestructuración de deuda soberana más importante en toda la historia del mundo.

Y hoy, luego de esa reestructuración y la que me tocó completar a mí en el 2010, el 93 por ciento prácticamente de nuestros acreedores están dentro de esa reestructuración. Quedaron aleteando afuera muchos buitres, más que muchos algunos pocos poderosos que manejan medios de comunicación, que manejan organizaciones no gubernamentales, de esas que proliferan por todos lados y que uno nunca sabe de dónde sacan los fondos aunque lo imagina y atacan al país. No solamente al país, decían que íbamos a arreglar porque tenían secretos que iban a revelar no sé dónde, el 1° o el 2 de enero, hasta algunos compañeros creían, “si tenemos que arreglar, arreglemos enseguida”, decían y de buena fe, porque pensaban que bueno, tanto bombardeo mediático llega un momento que te llena la cabeza así. No tengan miedo, pueden difamar a mi hija, pueden maltratar a mi hijo, pueden decir de mí cualquier cosa, pero quédense tranquilos que mientras sea Presidenta voy a seguir defendiendo los intereses del país y proponiendo pagarles a todos los acreedores pero en forma justa, equitativa e igualitaria. No tengo nada de qué avergonzarme, no tengo ninguna cuenta en el exterior que me puedan descubrir. Al contrario, les descubrieron a otros miles de cuentas y, sin embargo no salieron informes de investigación ni programas… ¿Vieron algún programa de investigación acerca de las cuentas, alguna investigación profunda? Al contrario, esta es la realidad.

Ese hombre que reestructuró la deuda, que le dijo no al ALCA, fue también el que comenzó en su primera gestión de gobierno, en su primer año, a contemplar a los olvidados, a los jubilados de la patria, que durante décadas habían sido dejados de lado, todavía no habían llegado las AFJP, todavía estábamos recogiendo los pedazos. Y lo primero que hizo fue en educación: a los dos días de asumir, se fue a la provincia de Entre Ríos que venía de tres meses de huelga docente. Comenzó a rescatar las más de diez monedas, papelitos que se repartían en las provincias; comenzó a convocar al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil que se ha reunido durante los doce años de gestión, a convocar a paritarias libres, como ha habido en doce años de gestión.

Espero que a partir del 10 de diciembre los mismos dirigentes sindicales pongan la misma fuerza y la misma enjundia para obtener todos los aumentos y todos los beneficios que los trabajadores argentinos han logrado en estos doce años.

Y quiero dirigirme en especial a ellos, a los trabajadores, ¿porque saben lo bueno que tienen? Un proyecto político, una forma de encarar el rol del Estado, que hemos podido demostrar que no era un veranito. Si ustedes recuerdan las crónicas periodísticas, siempre era un veranito todo, veranito de consumo, veranito de sueldos, veranito…bueno, señores, vamos por 12 veranos para la Argentina, así que por favor, queremos también el verano número 13.

Y les digo a los trabajadores, y lo digo aquí porque lo dije el otro día cuando me reuní con mis compañeros de la Confederación General del Trabajo, cuando junto con los empresarios vinieron acompañados por el ministro de Economía y el ministro de Trabajo para anunciarnos que numerosos e importantes gremios habían una vez más acordado paritarias libres, se los dije en el Salón Eva Perón: espero que sigan pidiendo y luchando como lo han hecho durante la gestión de Néstor y la mía, porque si no, si no lo hacen yo les voy a decir a los trabajadores que cambien de dirigentes para que sigan teniendo los mismos derechos, los mismos beneficios que hemos tenido en estos años.

Luego le tocó encarar el Plan de Infraestructura social y económica más importante de que se tenga memoria. Hoy por la mañana, tal vez como algo muy especial, como si fuera una casualidad, yo no creo en las casualidades y menos en política, creo en las señales, ustedes lo saben, la licitación pública número 1 que Néstor Kirchner firmó como presidente, fue la reconstrucción y la restauración de la basílica de Nuestra Señora de Luján, patrona de los argentinos.

Y hoy me tocó ir a verla, para los que no se acuerdan, para las fotos que no se publican en ningún diario ni se publicarán, esa basílica que jamás había sido restaurada desde su construcción, como un símbolo, como una metáfora de la Argentina que vivíamos, su cruz mayor, la cruz mayor de la basílica se había caído, se había desplomado en junio del año 2000 y había quedado clavada en la tierra. Tenemos las fotos, un fuerte símbolo de lo que era la Argentina y así la encontramos cuando llegamos en el 2003, la cruz clavada. Muchas otras cruces más encontramos y una por una la fuimos levantando colocando en su lugar.

Y cuando hoy estaba en la basílica de Luján totalmente restaurada a nuevo, como el mismo día que se inauguró como lo dijo monseñor Radrizzani, sentí que esto también es parte de la patria, ese plan de infraestructura.

No me voy a poner ahora a enumerar las miles de escuelas, las nuevas universidades, las construcciones para las viejas universidades, los laboratorios, los espacios para la ciencia, las viviendas sociales, los miles de kilómetros de rutas, el satélite que tenemos, argentinos, primer satélite, si hasta satélites hemos hecho, parece una canción de Fito Páez “Cuando los satélites no alcancen”, kilómetros de fibra óptica para conectar a los argentinos, computadoras.

Es que no se trata de irse o de quedarse, quiero que lo entiendan, este es un proyecto colectivo, no puede depender de una sola persona, depende de ustedes para que sea ejecutado, profundizado y llevado adelante.

Los derechos, la ampliación de derechos, luego cuando recuperamos de las AFJP la administración de los recursos de los trabajadores que nos permitieron generar programas, generar políticas públicas, políticas de Estado como la Asignación Universal por Hijo, como el Plan Progresar, como el Plan Procrear que hoy da cientos de miles de viviendas a familias que no eran sujeto de crédito pero tampoco eran sujeto de vivienda social.

Nuestros jubilados con dos aumentos por año aprobados por ley del Parlamento, luego de discutir la fórmula que había enviado el gobierno que se comprobó que era la mejor, porque mientras todo esto pasaba, mientras recuperábamos Aerolíneas Argentinas fundida, sin aviones, y hoy tenemos una Aerolínea modelo competitiva y mejor que muchas privadas, pese a quien le pese;

cuando recuperábamos YPF para todos los argentinos, hoy la empresa más importante de la República Argentina, y una de las 2.000 empresas más importantes del mundo, los argentinos hemos vuelto a conducir nuestra empresa de bandera, a explorar, a perforar, a producir más y a generar más trabajo. Y si de algo sé es de estas cosas porque soy patagónica, y fue tal vez nuestra región la más castigada cuando se desnacionalizó lo que nunca debió haberse desnacionalizado, la energía. Podría seguir enumerando.

Esta semana que pasó, esta Semana de Mayo que fue maravillosa, y argentinos tenemos que acostumbrarnos a celebrar todos los años la Semana de Mayo con orgullo, porque es la fecha de la patria; esta semana cuando comenzamos la conmemoración de la Semana de Mayo e inauguramos en la ex ESMA el Sitio de la Memoria, me vino a la mente y al corazón aquel 2004, 24 de marzo, cuando acompañados por una multitud y por las organizaciones de Derechos Humanos, que nunca cejaron en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, a ellos les debemos la memoria de los argentinos, a ellos y a ellas, Madres, Abuelas, familiares.

Y los derechos humanos, compatriotas, todos lo sabemos, no estaban en la agenda del 2003. No estaban en ninguna encuesta, no daban puntos, pero él se lanzó porque era necesario. Nosotros, y aquí quiero hablar de nuestro movimiento en especial, de nuestro movimiento político, teníamos una deuda, una deuda que al mismo tiempo era una paradoja, porque parecía que a nuestros dirigentes no les importaban los derechos humanos, y sin embargo las principales víctimas del terrorismo de Estado habían sido jóvenes que se identificaban con Perón y con Evita, había una contradicción insalvable que viene a nuestra historia y nuestra conducta. Y él, que también ese 25 de Mayo se reivindicaba como parte de esa generación diezmada, vino a saldar esa deuda, porque también debemos decirlo, cuando perdimos las elecciones en 1983, cuando la gente quería democracia y vida, no vio esa democracia y esa vida reflejada en las caras de nuestros dirigentes, debemos hacernos cargo.

Y nosotros vinimos a saldar esa deuda que también era una deuda de todos en la democracia y de todos los partidos políticos pero nosotros teníamos mayores responsabilidades. No quiero agregar más, porque voy a decir tal vez cosas que sean muy fuertes. Sí, lo voy a decir, porque si no voy a reventar y no pienso reventar. Teníamos que hacernos cargo nosotros, los peronistas, que muchas veces de un lado había una víctima y entre los victimarios había también algunos que se decían o que eran de nuestro movimiento. Tenemos que decirlo, a la gente no se le puede mentir, a la gente hay que plantársele al frente y reconocer, aunque haya sido otro, las cosas que nos pasaron. Por eso decía que era una paradoja.

Y el otro día, el martes, cuando por tercera vez recorría el interior del Sitio de la Memoria, ahora sí preparado para que sea un testimonio de la tragedia y del horror y para que nunca vuelva a ocurrir, me impresionó una frase en especial que se repetía en dos o tres lugares donde habían nacido bebés en cautiverio, no dónde está Juan Cabandié, por ahí debe estar. Decía cómo puede ser -era una piecita pequeña, había inclusive una abajo de una escalera, tal vez ustedes la hayan visto- que acá hayan nacido bebes. Y yo creo, y le sugiero al curador de ese Sitio de Memoria –tiene que estar sentado por allí- que al frente, al ingresar debería haber otra frase: cómo puede ser que la prensa y los medios de comunicación hayan ignorado lo que pasaba aquí y en otros centros clandestinos de detención a lo largo y a lo ancho del país. Esta es una pregunta que también debe estar en cada sitio de la memoria.

Creo sinceramente que hemos forjado una nueva identidad democrática, ya no se es democrático únicamente porque se esté de acuerdo con que haya elecciones libres y sin proscripciones y podamos votar cada dos años; ya no se es democrático únicamente porque pensamos que es bueno redistribuir el ingreso y que la gente tenga buen nivel y calidad de vida, los derechos humanos se han incorporado definitivamente a esta nueva identidad democrática de la que nadie puede renegar, forman parte de nuestra identidad constitutiva. Y cuando hablo de nuestra no hablo desde un espacio político, hablo desde mi condición de argentina, porque es patrimonio de la Nación y orgullo de la patria.

A veces me pasa también, muchas veces, porque es natural y es bueno que haya oposición en un país y que por ahí las críticas sean duras, sean fuertes, estoy acostumbrada porque siempre fue así, en mi provincia, siempre la política argentina fue una política fuerte, la oposición- oficialismo, peronismo-antiperonismo, siempre fue una cosa así, pero cuando veo algunas expresiones aisladas pero poderosas, yo antes pensaba: será por todos los derechos que han conquistado o vuelto a conquistar los trabajadores, será porque de repente ahora los de piel más oscura tienen los mismos derechos, será porque hay matrimonio igualitario. Porque cuando uno ve y siente algunas expresiones, yo estoy dura y curtida, pero cuando uno siente algunas expresiones o ve una cara..., no me refiero a la crítica de los opositores, está bien, la oposición debe criticar, debe proponer también, pero bueno, debe criticar, es su función y está bien que así sea, pero cuando escucho algunas expresiones, no de políticos opositores, debo reconocerlo, cuando por ahí veo alguna manifestación exacerbada por algún medio de comunicación y veo gente que dice cosas terribles, y después aparece que siempre están identificados con algún sector vinculado con violación a los derechos humanos, veo que está allí el tema, que eso es lo que tal vez nunca nos vayan a perdonar. ¿Y saben por qué? Porque alguien puede haber tenido políticas económicas equivocadas o entreguistas, si les parece mejor; alguien puede haber tenido un desastre económico y social, y bueno, no pudo, no supo, no quiso, lo obligaron, lo presionaron, le convino, siempre hay mil explicaciones, pero cómo explicar que justificaste la tortura, la desaparición, la apropiación de bebés, o que tiraran gente de los aviones al mar.

Eso no es, por favor, abrir ningún abismo ni ninguna grieta, no, por favor, los argentinos estamos reconciliados hace rato. Y si no miren lo que pasó ayer cuando las calles se llenaron de banderas saludando el paso del sable corvo del general San Martín, esa es la verdadera reconciliación del pueblo con el ejército sanmartiniano, porque eso es lo que quieren. Díganme argentinos, díganme compatriotas, a todos, a los 40 millones de argentinos, desde que tengan memoria, desde que volvió la democracia aquel glorioso 30 de octubre de 1983, si recuerdan alguna vez tanta gente en las calles vivando a los granaderos, si recuerdan tantos niños vestidos con uniforme de San Martín y llevando el sable de San Martín con orgullo, cuántas veces vieron ese fenómeno de recuperar la patria y los símbolos para el pueblo y enarbolarlos con orgullo.

Esta es la tarea de quienes gestionan el Estado, que nuestros chicos estén orgullosos de vestir el uniforme de San Martín y que además conozcan la historia. Porque miren todo lo que nos falta todavía por hacer. Hemos hecho más de 2.000 escuelas, hemos repartido 5 millones de computadoras, 80 ó 90 millones de libros, más de 2.000 bibliotecas populares; hemos creado 14 nuevas universidades, hemos duplicado o quintuplicado –no sé cuánto más- los sueldos de los investigadores y técnicos del CONICET, de las universidades, pero ayer, cuando difundíamos en las redes y difundía la Televisión Pública, mientras el sable corvo de San Martín recorría la ciudad para ir a su destino final, donde había querido que estuviera, en el Museo Histórico, ahí millones de argentinos recién se enteraron que el libertador de medio continente había legado su sable en cláusula de testamento al brigadier don Juan Manuel de Rosas, miren lo que nos falta argentinos todavía en materia de educación y cultura. ¿Y saben por qué? Porque la historiografía liberal, la que le contaban a los chicos en los colegios, decía que Rosas era un tirano, y si Rosas era un tirano entonces cómo un hombre como San Martín le iba a legar su sable. ¿Y saben por qué se lo legó? Porque nos defendió en la Vuelta de Obligado frente a la invasión extranjera, con valor y coraje que pocos hombres han tenido.

Por eso los argentinos tenemos la obligación de conocer la historia, y falta mucho en educación porque -alguna vez lo dije- es mala la subordinación política, es mala la subordinación económica, pero no hay nada más perjudicial, no hay nada más nefasto que la subordinación cultural, y lo que es peor, la desinformación educativa y cultural que no nos permite decidir y elegir cuáles son los caminos correctos.

Esta Semana de Mayo donde además anoche me dormí con el Himno Nacional Argentino cantado por esa magnífica artista Elena Roger en el nuevo Centro Cultural, que a algunos parece que les molesta que lleve el nombre del ex presidente, aprobado por el Parlamento Argentino. Y por qué no hacemos una cosa, si les molesta por qué no hacen uno mejor todavía, más grande y le ponen el nombre que quieran. ¿O acaso creen que me gustan algunos nombres de algunas calles, avenidas o plazas? Si es por andar cambiando y proponiendo nuevos nombres, vamos a proponerles nuevos nombres a todos, hacemos una encuesta con todos y todas. Por favor, la historia pero sin beneficio de inventario.

Y también cuando ingresé a ese Correo convertido hoy en el centro cultural más importante de Latinoamérica y el tercer centro cultural del mundo, sentí mucho orgullo como argentina, y la verdad, qué pequeñez fijarse en el nombre, lo importante es que millones de argentinos, todos los argentinos, van a poder acceder democráticamente, todos en forma igualitaria, a un centro de cultura para que la cultura no sea propiedad solamente de una elite, porque entonces no es cultura.

Y quiero decirles que estos logros, esta alegría no ha sido fácil, porque no la han hecho fácil. Pero yo no me quejo, ¿saben por qué no me quejo? Porque son las reglas del juego. Cuando venís a transformar el statu quo, cuando venís a cambiar la realidad en favor de las grandes mayorías, no esperes caricias ni aplausos, solamente palos, difamaciones, injurias, mentiras y calumnias. No importa, estamos preparados, nos hemos preparado, tenemos la obligación como dirigentes políticos democráticos, nacionales y populares, de saber que el camino de dirigir un pueblo a una vida mejor tiene sus costos personales. No importa, esta Argentina ya no tiene relaciones carnales con nadie, esta Argentina tiene relaciones serias y maduras con todos los países del mundo, esta Argentina…, les salió desafinado chicas me parece, pero están lindas igual, ustedes son lo mejor de todo, los jóvenes, los cientos de miles de jóvenes, los millones de jóvenes que se han incorporado a la actividad política con alegría, con amor, con felicidad.

Pero yo les decía, y les digo a todos los hombres y mujeres que tienen legítimas aspiraciones de conducir el país, sus provincias y municipios, que siempre piensen que va a ser difícil cuando intenten defender los intereses de las mayorías y que, inclusive, muchas veces sectores que han mejorado producto de esta transformación económica, no entienden que son, al mismo tiempo, producto de esta transformación, porque esto que vive la Argentina hoy no se pudo haber hecho en cuatro años; estos proyectos requieren tiempo y esto no es ambición de poder, al contrario. Quieren hacerle creer a la gente que es bueno que cada cuatro años cambie todo. ¿Saben por qué? Porque cuando cada cuatro años cambia todo es que todo sigue igual.

Por eso este proceso de transformación de doce años debe ser profundizado, debe continuar. Y no es continuidad o cambio, por Dios. Y los que quieren cambios que nos expliquen a todos los argentinos qué cambios quieren. Yo les pido a todos los hombres y mujeres de mi patria, a todos mis compatriotas, que cuidemos lo logrado, que nos ayuden a corregir los errores que sin lugar a dudas los hay, porque hemos trabajado mucho, porque nos hemos roto el lomo trabajando y hemos perdido cosas en el camino irrecuperables, pero quiero decirles que más allá de todas las cosas que hemos construido y que sería largo enumerar y que algunas, solamente algunas he dicho hoy, la más importante de todas es que hemos construido otra vez la Patria, argentinos. Tenemos Patria y estamos orgullosos de ella.

Y les pido que no tengan miedo, muchos me miran inquisidores a los ojos y me dicen: “¿qué va a pasar?” y yo les contesto: “va a pasar lo que ustedes quieran que pase”. Porque ustedes son los que están empoderados, ustedes son los titulares de los derechos, son los millones y millones de jubilados; son los millones y millones de trabajadores; son los millones de jóvenes que estudian en nuestras universidades y nuestras escuelas; son los miles de científicos en nuestros institutos, los que han vuelto y los que se quedaron; son las amas de casa; son los peones rurales; son también las mujeres trabajadoras de las casas de familia, que finalmente después de largas décadas tienen sus derechos consagrados; son ustedes los jóvenes; son también los millones de argentinos que han logrado un trabajo o los que teniéndolo han mejorado sustancialmente sus ingresos y han podido comprarse un auto, una casita o un terreno y están construyendo la familia. Ustedes son los verdaderos dueños de su destino y lo más importante que hemos hecho en estos doce años ha sido derrumbar uno por uno los mitos y las mentiras que les decían de que si los trabajadores ganaban bien no iba a haber inversiones o no iba a haber trabajo o la mentira que decía que no se podían hacer más universidades, o la mentira de que no se podía apartarse de lo que decía el Fondo Monetario Internacional. Miren lo que está pasando en Europa, miren lo que está pasando en el mundo.

Hoy estaba leyendo -un poquito para distenderme- los resultados de las elecciones en España, y leía que en las dos principales ciudades españolas, en Barcelona y en Madrid, habían ganado dos mujeres. En Barcelona una activista social y en Madrid está a punto de ganar parece ser una ex jueza de 71 años. Sí, en España parece que se jubilan un poquito antes que aquí en la Argentina. Una ex jueza de 71 años, que miren ustedes qué impresionante, tenía una tienda que se dedicaba a hacer ropa infantil, por parte de presas que salían de la cárcel para luego conseguir ser incluidas. Hay un mundo nuevo, argentinos, hay actores nuevos, hay realidades diferentes, que no nos vuelvan a poner anteojeras como al caballo y nos hagan tirar del carro porque no, no tiramos de ningún carro, nos queremos subir al carro para conducirlo nosotros, los argentinos.

Ese es el empoderamiento de este pueblo: el haber derribado los mitos de que no se podía hacer nada porque cuando se llegaba al gobierno se debía hacer lo contrario de lo que se había dicho en la campaña. Por eso nadie podrá mentirles, nadie podrá engañarlos y eso es lo más importante que se le puede dejar a un pueblo y también a un hijo o a una hija, a un nieto o a una nieta, lo más importante que se le puede dejar es la verdad, la memoria, la dignidad; lo más importante que se le puede dejar a un pueblo es que ese pueblo finalmente, como ha sucedido en estos años, pueda saber cuáles son sus derechos, defender sus derechos, reclamarlos. Ya no es necesario emplear formas que tal vez en algún momento vivimos, allá por el 2001, en forma terrible, al contrario, ahora cuando alguien hace una movilización para protestar contra el gobierno, la policía tiene orden de cuidarlos y nadie lleva un arma de fuego, porque no queremos que nadie quede sin el derecho de la protesta, que nadie quede sin el derecho de la movilización, que nadie quede sin el derecho de decir lo que piensa. Esta nueva Argentina la hemos construido entre todos.

Y también les digo que estemos atentos porque han pasado cosas, me acuerdo cuando recién salí de mi operación y ¿dónde está “Coqui” ? Ahí está, ¡bien por el Chaco! Me acuerdo que – como lo dije el otro día, en El Chaco – allí vino el que era gobernador, vino también Axel a ayudarme en el Ministerio de Economía, y yo me acuerdo de aquel diciembre terrible, fue en este mismo escenario donde bailé, había habido saqueos, había habido policías que encadenadamente provincia por provincia se iban sublevando mágicamente. Algún día, cuando se desclasifique algún archivo, sabremos qué pasó, pero estemos atentos todos de lo que pasa porque tal vez – ojalá Dios no lo quiera, Dios no lo permita – intenten hacer cosas para enojar a la gente, para que la gente se asuste, para que se enojen con alguien o contra alguien.

En estos días vimos algún episodio de sospechosa e inusitada violencia y yo les pido a todos, por favor, no nos dejemos llevar por eso y le pido fundamentalmente también a quienes tienen la responsabilidad de comunicar: por favor, no exacerben los ánimos y el enfrentamiento entre argentinos. Necesitamos escucharnos y fundamentalmente los argentinos necesitan escuchar a los hombres y mujeres que van a conducirlos a partir del 10 de diciembre. No hagan tanto ruido ni tanto lío para que ellos puedan decidir libremente el rumbo que tomará la patria, que no tengo ninguna duda seguirá siendo el rumbo del cambio y la transformación que hemos venido realizando en estos 12 años de gobierno.

¿Y saben por qué tengo esa certeza? Porque nadie vota para atrás, porque la gente vota para adelante, para futuro, para mejora.

Y ahora que escucho que todos están de acuerdo con todos, ahora que escucho que, de repente, la Asignación Universal por Hijo está muy bien, que no van a privatizar Aerolíneas, que tampoco van a privatizar YPF. Por favor, que busquen algún registro, hace dos años decían otras cosas y además, compatriotas, cada vez que votamos una de esas leyes en el Congreso lo hicimos en absoluta soledad. También debemos recordarlo, porque las cosas no se hicieron por arte de magia, se hicieron democráticamente.

Y ojalá también podamos, finalmente, poder aplicar esa Ley de Medios Audiovisuales que fuera apoyada – debo reconocerlo – no solamente por nuestro movimiento político, sino también por amplias mayorías.

Por eso quiero decirles que tengo mucha fe en Dios, tengo mucha fe en el pueblo y quiero agradecerles, finalmente quiero eso: darles las gracias a todos y cada uno de los argentinos, a todos y a cada uno de ellos, a los que me quieren como ustedes y que me votaron, también a los otros que no tienen por qué quererme, no es obligación querer a nadie, ni tampoco mucho menos votarlo, quiero darle las gracias a los 40 millones de argentinos porque yo sé que aún en el fondo, en un pedacito saben que las cosas que hicimos, que las decisiones políticas que tomamos eran las más importantes, sí, eran importantes para todos porque a todos, con una mano en el corazón, argentinos, piensen cómo estaban en mayo del año 2003, a todos se los pido a todos, con una mano en el corazón: piensen cómo estaban en el 2003. Olvídense, yo sé que soy por ahí medio antipaticona, y digo cosas que por ahí no les gustan y alguno puede decir: “mira que soberbia y qué poco humilde”. Sí, por ahí son defectos que tengo, pero con una mano en el corazón, le pido a todos los argentinos que se pongan una mano en el corazón y piensen: ¿están un poco mejor que en el 2003 o están peor que en el 2003? Y esto va para todos: trabajadores, empresarios, comerciantes, estudiantes, investigadores, intelectuales, artistas.

Nuestros artistas, que no están acompañándonos por un centro cultural, porque también hemos dado derechos, hemos reconocido el derecho de los actores, de los directores de cine, hemos ampliado derechos y garantías a todos los sectores. Por eso también les pido a los hombres y mujeres que conforman nuestro espacio político, que den lo mejor de sí para que estos 40 millones de argentinos podamos seguir creciendo y viendo en paz, con nuestras diferencias, con nuestra diversidad, con nuestra pluralidad, pero en paz para poder caminar, no como sucede en otras regiones del mundo.

Hoy por la mañana escuchaba a los representantes de las distintas iglesias reconocer y valorar que tu país, la Argentina, nuestro país, la Argentina, es una nación donde no hay diferencias de credos ni de religiones ni de razas, en la que todos nos sentimos hermanos, más allá de las diferencias. Ese es el mejor patrimonio que debemos conservar y defender. Por eso este 25 de Mayo no lo vivas con tristeza ni nostalgia, vívanlo con alegría porque van a venir muchos 25 de Mayo más en que el que el pueblo se volcará a la Plaza, en el que el pueblo estará feliz y en el que todos podremos, más allá de las diferencias, reconocer que por sobre todas las cosas somos, argentinos, el mejor legado que le podemos dar a nuestros hijos: el orgullo de país, el orgullo de tener Patria.

Yo quiero agradecerles todos estos años que han sido por momentos los más felices y tal vez en algún momento el más triste e imposible de remontar. Pero Dios siempre manda consuelo, Dios siempre se acuerda, partió el compañero, pero llegaron los nietos y aquí estamos parados, firmes como siempre enarbolando la bandera argentina con la escarapela en el pecho, y lo que es más importante en el corazón, de donde nunca me la saco, cuando tomo las decisiones que tomo.

Gracias a todos, muchas gracias a todos los argentinos y a todas las argentinas por esta maravillosa Plaza, por este maravilloso 25 de Mayo. Los quiero y los abrazo con todo mi corazón. Muchas gracias.

¡Viva la Patria, argentinos! ¡Viva la Patria!


viernes, 22 de mayo de 2015

Cristina Fernández en la Cumbre Mercosur -Miércoles 19 de Diciembre del 2007

.juntamente, el discurso del señor Presidente del Uruguay, donde ha reafirmado la querida República Oriental del Uruguay, su pertenencia, su identidad, su razón de ser en la Unión Latinoamericana, en el MERCOSUR.
Es una gran noticia, no solamente para nosotros que integramos el MERCOSUR, sino para todos los pueblos del mundo que conciben que las unidades regionales son algo más que un relato de buena vecindad, que son, por sobre todas las cosas, como dijo el presidente Lula en Argentina, la necesidad, la condición sine qua non para que podamos desarrollarnos cada uno de nosotros porque él, con muy buen criterio, cuando dio su mensaje con motivo de la firma del Acta del Banco del Sur, sentenció -creo que fue a nivel de sentencia- que nadie puede ser próspero, nadie puede tener bienestar en su sociedad si las sociedades que lo circundan, si las sociedades que están a su alrededor, viven mal o tienen demasiados problemas.
Creo que todos estábamos un poco cansados de leer en letra de moldes la muerte que se pronunciaba antes de cada reunión del MERCOSUR y de que era una cosa casi formal.
Usted, presidente Lula, se queja porque dice que somos malos padres porque estamos criticando al hijo todos los días, que le vemos defectos, que tiene la nariz larga o que no se peina bien. En realidad no somos nosotros lo que lo criticamos.
Hay fuertes intereses internos y externos y también en algunos sectores de nuestros propios países, una suerte de ceguera cultural hacia todo lo que nos es propio. Pueden observar con admiración y beneplácito y describir cualquier otra unidad en cualquier otro punto del mundo, pero basta que aquí, en casa, en lo nuestro, nos pongamos de acuerdo y decidamos reunirnos para que inmediatamente tengamos críticas. Hay una suerte de desprecio a lo propio y casi de subordinación a lo exterior.
Me parece sencillamente que esta decisión de reafirmar pertenencias, tiene que ver no solamente con una cuestión económica, social o política, sino esencialmente cultural, mirarnos con mejores ojos a nosotros mismos como hacen ellos en los países centrales y desarrollados, mirarse con excelentes ojos ellos mismos y tal vez, querer exportar por afuera de sus fronteras lo que jamás han practicado adentro de sus propios países. Así que, bienvenida esta primera reafirmación de pertenencia histórica, cultural, económica y política al MERCOSUR.
La segunda, la salud de este MERCOSUR. Yo creo que hemos podido sobrevivir a lo que fue la tragedia neoliberal en América latina. El MERCOSUR pudo resistir a la adopción de políticas neoliberales en el Cono Sur donde fuimos una suerte de laboratorio, una suerte de conejillo de Indias, donde se experimentó que era posible hacer desaparecer al Estado, que el Estado no tuviera injerencia en absolutamente nada y que las sociedades sobrevivieran.
A duras penas pudimos sobrevivir a lo que fue la década del neoliberalismo en América latina y el MERCOSUR pudo hacerlo, con lo cual tenemos una primera garantía de anticuerpos suficientes y buenos en este MERCOSUR que pudo superar etapas muy difíciles, en algunos casos como en mi país casi de implosión social, económica e institucional y aquí estamos, en un mundo y en una América latina sustancialmente diferente, donde por primera vez y no me canso de repetirlo, sus gobernantes se parecen a sus gobernados y comienzan a mirar hacia adentro, no para negarse hacia fuera, sino precisamente para reconstruir fuerza, tomar envión y poder comunicarse mucho mejor con el mundo.
Creo que hay desafíos muy importantes en esta etapa que se avecina. Está las de las asimetrías, que muchos de ustedes señalaron, pero también la de la integración productiva, tal cual lo charlábamos en nuestra visita bilateral a Brasilia a los pocos días de haber resultado electa presidenta de todos los argentinos. La integración productiva que presupone la construcción de cadenas de valor y, entonces, que los lazos entre los países no solamente sean de superar asimetrías, sino, esencialmente, de integración profunda. Creo que esta es una de las claves que nosotros tenemos que lograr.
El otro está dado en las obras de infraestructura, las obras físicas. Fundamentalmente esto no solamente tiene importancia en cuanto a dotar de infraestructura económica y social a nuestros países, sino también en la percepción más clara, más visible que tienen las sociedades ante las obras concretas.
Hace pocos días estuve en Paraguay visitando a mi querido amigo Nicanor y a Blanca -espero que no se enoje nadie por la mención- y, precisamente, fuimos a inaugurar una obra complementaria de Yacyretá, un canal muy importante, una obra que había sido demandada por la República del Paraguay a mi país a todos los gobiernos y que ninguno lo había hecho porque era una inversión importante y significaba que 50 mil hectáreas de arroceros paraguayos no fueran anegadas por la inundación de Yacyretá.
Es entonces donde las sociedades, a partir de hechos puntuales, concretos, que impactan en sus vidas cotidianas, en sus actividades económicas y sociales cotidianas, es donde los pueblos y las sociedades perciben con claridad las ventajas de la integración y de la cooperación entre los países. Creo que ahí también tenemos que apuntar mucho, a las obras de infraestructura que tenemos que realizar para que esto pueda ser percibido en toda su dimensión por las sociedades
Por supuesto, en esta presidencia pro témpore que iniciamos hoy en nombre de la República Argentina, vamos a trabajar fuertemente en el tema del doble arancel. Sé que hay impedimentos de carácter legal y muchas veces cuestiones técnicas, pero espero que mi carácter de abogada me pueda ayudar con un buen Código Aduanero de modo tal que podamos eliminar definitivamente el doble arancel que realmente perjudica y no nos permite consagrarnos como una verdadera Unión Aduanera. Es un límite claro, preciso y que vamos a abordarlo con toda fuerza en esta etapa que se avecina en este vecindario, como decía Tabaré, vecindario con obras y vecindario también con visitas. Muchas veces las visitas en el vecindario no ven con buenos ojos que los vecinos se unan y se lleven bien y, entonces, promueven acciones tendientes, precisamente, a intentar dividir, separar o que los unos y los otros nos concibamos como impedimento o algo molestos.
Por eso yo espero que en esta presidencia pro témpore que iniciamos hoy, podamos definitivamente incorporar a la República Bolivariana de Venezuela. Lo he dicho y lo reitero, la presencia de Venezuela en el MERCOSUR va a permitir configurar el cierre de la ecuación energética, clave, absolutamente clave, no solamente ya para la región, sino para el mundo en los tiempos que vienen y, por lo que uno puede mirar y por lo que uno puede prever a largo y a mediano plazo, también va a ser energía junto a alimentos, tal vez las dos claves que signen el siglo XXI, junto al conocimiento, paralelamente, un mundo con un conocimiento que prácticamente ya no conoce fronteras y allí está la frontera clara de la energía con todo lo que implica no solamente en materia de desarrollo, sino también de calentamiento global y todo lo que ello implica en cuanto a cambio climático y, al mismo tiempo, alimentos para pueblos que realmente carecen de ellos y necesitan que cada vez produzcamos más alimentos.
Creo que estos son los desafíos de este siglo que viene y creo que aquí en América latina, aquí en América del Sur, aquí en el MERCOSUR, tenemos estos tres elementos: energía, alimentos y también conocimientos. Creo que podemos trabajar mucho también en este desarrollo de la investigación y renovación tecnológica como un modo de poder agregar calidad y competitividad a nuestros productos en agroindustria, energía, en fin, en todo lo que pueda ser para el desarrollo de nuestras comunidades.
Así que, muchas gracias por la bienvenida, me siento muy honrada de ser la primera socia mujer del MERCOSUR, realmente espero representar bien al género y quiero, en este sentido, decir que no me siento representante únicamente de las mujeres argentinas, sino de las uruguayas, de las brasileras, de las paraguayas y también de las venezolanas.
Muchas gracias y muy buenos días.


Palabras de la Presidenta en la presentación de Plan de capacitación y empleo de jóvenes trabajadores.


Jueves 10 de Enero del 2008
     
Muy buenas tardes a todos y a todas: si alguien me pidiera que definiera en una sola palabra el modelo político, económico y social, que se puso en marcha el 25 de mayo de 2003, no dudaría, un sólo instante, en elegir una palabra, esa palabra es trabajo. Tal vez alguien podría decirme: "pero que injusta, porqué no producción, porqué no educación, porqué no la acción social, que también son cosas muy importantes". Pero es que la concepción que tenemos nosotros del trabajo engloba todo eso. Porque no estamos hablando de changas, de lo que se acostumbraron a ver durante la década de los años 90, no estamos hablando de empleo. Estamos hablando del instrumento que dignifica y creo relocaliza al hombre en su verdadero rol en la sociedad.
Alguien para trabajar no solamente tiene que tener dos manos, un par de brazos, tiene que tener además, formación, tiene que tener educación, tiene que tener vivienda, tiene que tener derechos, tiene que tener - en síntesis- una calidad de vida que permita precisamente ocupar ese rol de un trabajo productivo en la sociedad. Entonces cuando decimos trabajo, estamos hablando también de la producción, estamos hablando de los empresarios, estamos hablando de los educadores, estamos hablando de los científicos, que es el otro gran trabajo, también, que requiere el país, de los educadores, del trabajo intelectual. No es el  trabajo únicamente manual, operativo, es esencialmente el rol que dignifica al hombre y a la mujer porque es precisamente a través del trabajo donde se reconoce, del cual vive, del cual le permite promocionarse y ascender en su calidad de vida en la sociedad.
Y si tuviera que elegir, además, destinatarios de este modelo político, económico y social elegiría, sin dudas, a los jóvenes también. Porque son en definitiva ellos, los que van a llevar adelante esta Argentina, que generacionalmente tenemos nosotros la responsabilidad, hoy, de conducir, de dirigir, a partir del voto de la sociedad, pero que en definitiva es esa juventud la que construye un futuro. Porque - como alguna vez alguien me dijo, allá por el 2005, Bernarda, en la Villa La Cava: "el futuro nunca se puede adivinar, pero si se puede construir entre todos". Y creo que esa mujer, muy sabiamente, estaba dando las claves, en definitiva, del rol que todos y cada uno tenemos en esta sociedad en la que vivimos. Y que es precisamente la de construir un destino individual, a través del trabajo de cada uno de nosotros y también un destino colectivo, el de la Argentina, a partir de poder articularnos los unos con los otros: trabajadores con empresarios; estudiantes con educadores; científicos con la sociedad, con la producción, con la inversión. Todos sabiendo que cada uno de nosotros tiene un rol, un lugar, un engranaje en esta maquinaria que todos construimos y que en definitiva todos contribuimos también, en la medida de los roles que nos ha tocado jugar a darle direccionalidad a este país, a esta República Argentina.
Yo quiero, también, en el día de hoy contarles a todos ustedes que con esta misma fe, que en estos cuatro años y medio fuertes, con la misma esperanza, con el mismo compromiso con el trabajo, con la sociedad, con la mejora de la calidad de vida, con los derechos humanos que hemos tenido, es la misma fe, la misma esperanza, la misma ilusión, que pusimos hace muy poco tiempo, cuando nuestro ex presidente fue a Venezuela, a Colombia a hacer su aporte. El aporte que había hecho la República Argentina, la República de Francia, Suiza, Brasil, Venezuela para colaborar en una acción humanitaria, que hoy pudimos ver todos los argentinos y el mundo - claro obviamente- esas imágenes de felicidad de Clara, de los dos Claras, ¡que lindo nombre! ¿no? Muy apropiado para la situación: Clara, de claridad. Clara Perdomo y Clara Rojas, las dos Claras, que aparecieron sanas y salvas, en una acción que todos estos países que intervenimos en esta acción humanitaria creamos este escenario internacional, que hoy tiene este desenlace feliz. Un relato de la realidad maravilloso, porque en definitiva todos podemos comprobar que el esfuerzo, la esperanza, la ilusión siempre vale la pena. El relato es valido.
Y también no podemos dejar de ignorar, ustedes saben, que nunca he sido complaciente, ni conmigo misma, ni con nadie, ni con nada. Muchas veces este relato de esperanza, de ilusión, de compromiso no tiene un relato mediático que lo acompañe y que es importante. Muchas veces se exige cumplir determinado roles únicamente a los políticos o a los sindicalistas o a los empresarios o a los estudiantes o a los docentes. Pero todos tenemos que cumplir un rol, de dar esperanzas, fuerza y vitalidad y relato fiel y sencillo de las cosas que nos tocan vivir.
Todos tenemos posiciones ideológicas, todos tenemos visiones del mundo, pero creo que hay cosas que exceden esto y que es el relato de la realidad, de lo que uno ve, de lo que uno percibe. Yo quiero leer algunas de las cosas que publicaron dos de los principales matutinos, sus principales analistas, analistas y editorialistas. No estoy hablando de los jóvenes periodistas, que acompañaron a la misión, allá a Colombia y a Venezuela y que también lo hicieron con la misma esperanza y con la misma ilusión porque me lo transmitía el propio ex presidente, cuando me contaba día a día lo que venía sucediendo y lo podía leer en las crónicas de los jóvenes que acompañaron a la misión humanitaria. No, no, hablo de lo que vino después, de los que nos cuentan los medios el día lunes y cuando, además, lo hacen desde fuertes posicionamientos, que poco tienen que ver por allí con hacer un relato que poco tienen que ver con estas cosas que yo les decía antes.
Yo quiero - y voy a leer, ustedes saben que yo no leo- pero quiero ser precisa y no atribuir frases, ni idea, ni análisis, ni sentencias que no correspondan. Leo algunas de las calificaciones: "que se trató de una misión imposible", dice un analista y no voy a decir en nombre, son los dos periódicos más importantes: son Clarín y La Nación. Esto apareció publicado en Clarín, de uno de sus editorialistas estrellas; "Chávez mostró improvisación, a la hora de encarar el complicado desafío" (del mismo diario); "las FARC nunca dieron una señal sobre la posible liberación de los rehenes", (del mismo diario); "un desencanto, que no tuvo el resultado que se esperaba. Kirchner no terminó de entender la intransigencia guerrillera. Su anacronismo ideológico y su sociedad con grupos de narcotráfico" (del mismo diario). Es curioso, ¿no?, ver anacronismo solamente en los demás muchas veces.
Aquí estoy yo: "que Cristina pagó un alto costo político por su relación acrítica con Chávez. Nunca resulta aconsejaba ingresar a ese universo por cualquier puerta y esa puerta fue franqueada sobre todo por Hugo Chávez", (del mismo diario); "la prudencia estuvo ausente" (aquí ya aparece La Nación); "que no se midieron los riesgos políticos e institucionales que corría el país", (La Nación); "que se debió chequear la información que se suministraba, por parte de Chávez, porque Uribe tiene más experiencia en el trato con las FARC", (del mismo diario); "que Kirchner se había metido en un berenjenal. Chávez mismo ha perdido legitimidad para meterse en el conflicto", (del mismo diario); "los pingüinos... (o sea Kirchner y yo seríamos ¿no?) nunca sobrevivieron en la selva y son una especie solitaria". Eso es realmente curioso, es cierto somos muchos.
También apuntaron "que el nivel de exposición no pareció el adecuado"; "que se había involucrado a la Argentina en una situación difícil, inexplicable ante el mundo"; "que habíamos sido muy ingenuos al esperar gestos humanitarios del grupo terrorista", (La Nación, obviamente); "un estentóreo fracaso"; "Chávez se hizo la película y Kirchner fue estrella invitada", y eso fue de Clarín porque no es cuestión de adjudicarle todo a La Nación. Y compararon, finalmente, esta misma misión humanitaria, el mismo diario Clarín, con la película humorística de Olmedo, conocida como "Rambo y Rambito". No sé quién sería Chávez y quién Kirchner, pero se supone que era indistinto el papel: Rambo o Rambito.
Cuando decidí pedirle al Presidente Kirchner que fuera a Colombia, en esta acción humanitaria para ver si lográbamos la liberación de las dos Claras, de Enmanuel, lo hice con la absoluta convicción con la que siempre he actuado en lo que hace a la defensa irrestricta e irrenunciable, en materia de derechos humanos, sin especulaciones, sin medir costos políticos, sin medir a quién le gustaba o a quiénes les dejaba de gustar. Porque cuando se está en el medio de una situación humanitaria y de derechos humanos no hay lugar para las especulaciones. Sin embargo, creo que, tal vez, la militancia, por parte de algunos, en el sentido de no gustarle la política del Presidente Chávez, que en definitiva es una cosa que deberán evaluar los venezolanos en votaciones libres y democráticas, que hagan en su país, pero que reconocemos como un amigo de la República Argentina.
Hace unos instantes, estuve hablando con él, nosotros estuvimos al tanto de la operación, que se venía desarrollando y quisimos felicitarlo por su perseverancia, por su compromiso, porque pudo vencer el escepticismo, la desesperanza y fundamentalmente ver, hoy, la imagen de esas dos mujeres, a las que se las veía bien. Le pregunté acerca de sus estados de ánimo, él todavía no las había visto, había hablado con ellas únicamente por teléfono, pero su simple visión, cualquiera de ustedes lo debió haber visto, se las veía bien, más allá de lo que puede estar una persona, luego de haber sido sometida a más de 6 años de cautiverio, hacen sin lugar a dudas, tomar sentido y que haya valido la pena lo que se hizo.
Argentinos: valió la pena, (APLAUSOS), valió la pena apostar a la esperanza, valió la pena apostar a la vida, valió la pena, una vez más, luchar contra los molinos de vientos y aparecer como ingenuos. No va a ser la primera vez, en nuestra larga vida política, que nos tachan de ingenuos y de tener ilusiones y sueños incumplibles. Algunos los estamos cumpliendo (APLAUSOS), en la gestión de Gobierno, como hoy con el trabajo, con los jóvenes, con una Argentina, en donde todos los días podamos vivir un poquito mejor y también tengamos los problemas debido a que no ya solamente viven mejor y tienen cosas un pequeño grupo reducido, sino que han comenzado a tener cosas millones de argentinos. Han comenzado, tal vez, a tener un auto, a tener un aparato de aire acondicionado, a comenzar a viajar nuevamente, porque ya tienen trabajo y deben subirse todos los días a un colectivo o a un tren, porque van a un lugar a trabajar. Y entonces tenemos otro tipo de problemas, diferentes a los que teníamos en un país, donde consumía un puñadito de gente; aquí los que tenían más se iban a consumir afuera. Además, se iban a consumir afuera y ahora, por suerte, tal vez, no se pueda ir tanto afuera a consumir, pero hay millones y millones de argentinos, que han vuelto a hacerlo aquí, en nuestra casa, en la República Argentina. (APLAUSOS).
Así que aquellos sueños de juventud - no todos - pero muchos los estamos cumpliendo. Y el sueño, que tuvimos este Año Nuevo de contribuir, desde nuestro país, a una acción humanitaria para liberar a detenidos lo estamos cumpliendo, hoy, esta tarde, también. Y ahora vamos por más, queremos también ir por Ingrid y por el resto, y ofrecer, una vez más, la mano tendida, solidaria de la Argentina, que debe estar presente en todos y cada uno de estos casos, más allá de los escribas.
Olvidé mencionar algunas que dijeron los dirigentes opositores, pero bueno para ellos nunca hemos hecho nada bien, en estos últimos cuatro años y medio. Afortunadamente la mayoría de los argentinos piensa diferente. Pero vamos con mucha fe, con mucha esperanza y con el mismo compromiso por los derechos humanos, por la calidad de vida de los argentinos y por un país, en el cual soñar no sea un pecado, pese a que a algunos no les guste. ¡Vamos a seguir soñando y vamos a seguir trabajando!
Muchas gracias y muy buenas tardes a todos. (APLAUSOS).

El municipio de Tigre se suma al plan de ahorro energético

Viernes 11 de Enero del 2008
Muy buenos días a todos y a todas. Hoy hace exactamente dos semanas, el 28 de diciembre, no en este salón, en un salón más grande, en el Salón Blanco, lanzábamos precisamente el Plan de Uso Racional de Energía. Algunas cosas que uno lee parece que las hubiéramos lanzado hace 30 años y no habían dado absolutamente nada de resultados. Pero ya sabemos como son estas cosas, ya tenemos un ejercicio.
Hace exactamente un poco más de 24 horas, ayer, lanzamos precisamente lo que se denominan las pruebas piloto. Porque ustedes saben que en la formulación de todo plan, de todo proyecto, ya sea este, hay una etapa de pruebas piloto para ver si las medidas diseñadas, si la instrumentación diseñada es la más eficaz si da resultado, para conseguir los objetivos que el plan, el proyecto, cualquiera sea este, sea propuesto como tal.
Precisamente en las tres empresas que tienen la obligación de la distribución de la energía. se han comenzado las pruebas piloto con municipios, en este caso es Tigre, La Plata y Ensenada, Florencia Varela y también creo que Ezeiza es el otro; en Córdoba por ejemplo está La Calera y Malagueño. Y así sucesivamente, de modo tal  poder corroborar en dónde las medidas son eficaces y dónde debemos ajustarlas.
Pero quiero hablar específicamente en el caso de Tigre, de esta articulación que logramos desde lo público, con los tres niveles: nacional, provincial y municipal y también con lo privado. Sergio y Daniel mencionaban organizaciones sociales que participan en esto, y además fundamentalmente también la presencia de una universidad nacional como la Tecnológica en otra etapa necesaria de todo plan, la auditoria. Si hay la idea de formular una política de tener pruebas piloto para el desarrollo de esas políticas, está la otra tercera pata en la ejecución del plan, que es precisamente un sector externo a los que han diseñado, que trabajan, participan e implementan el plan para que auditen si realmente los objetivos están logrados. Por Dios, no pretendo darles una clase, sino van a decir que estoy como maestra ciruela dando clases de cómo se desarrolla o cómo se implementa un plan. Es simplemente para aventar algunas preocupaciones que he leído en letra de molde, acerca de las dudas de cómo y cuándo se va a implementar. Simplemente eso, disipar dudas que pueden haber precisamente como se da en cualquier plan.
Lo importante es lo que decía recién el señor gobernador de la provincia de Buenos Aires, el ejercicio de la responsabilidad de una etapa muy fuerte de crecimiento económico. Como le gustaba decir al presidente Kirchner, la tensión del crecimiento, que nos trae afortunadamente nuevos y diferentes problemas a los que teníamos en otras etapas tristes tal ves en la vida de los argentinos, donde los problemas eran otros, aparecían insolubles y solamente, no ya la instrumentación de una política o de un proyecto sino esencialmente de todo un modelo económico, social y político, era necesario precisamente para cambiar esas condiciones de vida adversas que nos habían construido a los argentinos.
Así que con esta alegría que tenemos que tener quienes tenemos responsabilidades institucionales, de abordar los problemas, no negarlos, sino esencialmente abordarlos para solucionarlos. Sabiendo que cuando solucionemos estos van a venir otros, esta es la vida además, no hay una vida sin problemas, una vida en la cual todo transcurra bucólica e idílicamente y donde nos sentemos todos a contemplar lo bien que nos va y a la naturaleza. La vida es esto, problemas. Lo que es importante es distinguir los problemas producto de las cosas positivas, de los problemas que son producto de la negatividad de un determinado desarrollo. Si tenemos problemas y estamos con un crecimiento negativo y todo va para atrás, entonces son problemas estructurales y graves. Pero si los problemas sobrevienen precisamente producto del crecimiento de que hemos mejorado, de que más argentinos tienen trabajo, de que más argentinos pueden acceder a bienes que antes eran solamente usufructuables por parte de las clases más altas de la sociedad, las que tenían mayor, altísimo poder adquisitivo y hoy, hombres y mujeres que tal vez nunca soñaron tener cosas, ahora pueden volver a soñar y a sentirse que forman parte de un país, de una sociedad más integrada. Van a venir otros problemas
Lo importante es saber esto, que problemas va a haber siempre, pero lo que hay que distinguir es cuáles son los problemas producto de lo positivo y cuáles son los problemas producto de lo negativo. Si hacemos esta distinción vamos a abordar la solución de los mismos con una actitud personal e institucional diferente. No la de la negatividad, no la de que todo está mal siempre, ese querer autoconvencernos los argentinos que estamos irremediablemente ante problemas horribles que, cuando uno lee los diarios, mira las crónicas internacionales, ve que son privativos de los argentinos.
Un empresario muy importante, de una importante empresa extranjera, que no tiene que ver con servicios, sino con producción, para aventar dudas de cualquier opinión interesadas, me decía "es curioso lo que yo observo en la sociedad argentina, los argentinos muchas veces toman los problemas como si fueran los únicos que los tienen en el mundo, como si estas cosas pasaran únicamente en la Argentina".
No significa que uno tenga que consolarse porque los demás tienen problemas, entonces no nos vamos a hacer problemas nosotros por los mismos problemas, sino para advertir esto que les decía yo antes, la existencia de una vida y un mundo en el cual siempre hay problemas, en los cuales la actitud de los ciudadanos debe ser, por supuesto, la de reclamar que las cosas se solucionen. Pero también la de los que tenemos responsabilidades institucionales, ya sea desde lo público, desde lo privado, desde lo mediático, desde la ejecución concreta de gobierno, tengamos esta forma de clasificar y caracterizar adecuadamente las situaciones. Eso nos va a ayudar a todos, no a crear un mundo de ilusiones optimistas, sino a tener a fuerza para enfrentar los problemas.
Cuando uno tiene la actitud de saber que el problema viene porque se han logrado cosas, y entonces hay que superarlo con otra política mejor, con mayor operatividad, con mayor inversión en ese sector, la actitud es diferente, así pienses que hay un complot internacional contra uno mismo y entonces piensa que todo es producto de lo mal y de lo horrible que siempre nos fue a los argentinos.     
Son actitudes, pero en serio, uno puede observar que son esas actitudes las que marcan luego esa templanza para abordar los problemas, son las que marcan el desarrollo de las sociedades.
Para finalizar en esta magnifica mañana, con magnificas noticias de gente que está trabajando y ocupándose de lo que tiene que ocuparse, yo quiero decirle a Sergio, que decía al principio que algunos intentaron decir de este Plan de Uso Racional que era simplemente un cambio de bombitas, que no se preocupen, que esa cuestión casi descalificatoria permanente, él dijo de reduccionismo o algo así, es producto muchas veces de esto que yo decía, de esa actitud frente a los problemas, o tal vez algunos confunden los roles  que tiene que tener quien le cuenta a los argentinos, quien hace el relato diario a los argentinos de las cosas que nos suceden.
Lo mismo nos pasó con este episodio, absolutamente con final feliz, que nos tocó protagonizar a argentinos, bolivianos, venezolanos, colombianos, franceses, suizos, y que ayer pudimos ver las imágenes conmovedoras de esas dos mujeres que abandonaban la selva y volvían con sus seres queridos.
Dijeron cambio de lamparitas en el uso racional. De esa misión humanitaria que finalmente culmina exitosamente, hablaron de pingüinos, de selvas, de "rambo y rambito". Hay que dejarlos, yo creo que alguna vez ellos también van a aprender y a darse cuenta que es posible construir entre todos, con ellos también, un país mucho mejor.
Muchas gracias y muy buenos días. (APLAUSOS)     

Palabras de la Presidenta en el acto por la adjudicación del Tren de Alta Velocidad


Miércoles 16 de Enero del 2008
Señor ministro de Transportes de la República de Francia; señores Gobernadores de las provincias argentinas; señores Intendentes; amigos y amigas; argentinos y argentinas: creo que - como recién decía el señor ministro de Transportes de la República de Francia - no estamos asistiendo únicamente a un acto de comercio entre ambas naciones, en las cuales alguien vende y otro compra; tampoco creo que sea sólo una obra pública con altísima tecnología, sino que creo en serio, argentinos y argentinas, que estamos dando un salto importante a una modernidad diferente, a una Argentina diferente, que viene a complementar un desarrollo en materia de articulación vial, de comunicación, de transporte que estamos desarrollando fuertemente en todo el país y también muy fuertemente en la región de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, nuestra pampa  húmeda, nuestra pampa gringa, como le gusta decir a muchos, y que se complementa con tantísimas otras obras. Pero que esencialmente esto significa un paso diferente, porque muchas veces los argentinos - y esto creo que no lo he dicho por primera vez, sino que lo he repetido muchas veces - tenemos de nosotros mismos una visión de que muchas cosas no las podemos lograr o no se pueden realizar porque, tal vez, nos miramos con cierto grado de pesimismo y tal vez de subestimación.
Ayer, nuestro ministro de Economía, me comunicaba un dato relevante de la economía, habíamos cerrado las cuentas del año 2007 con 3,20 de superávit fiscal. No quiero relatarles los análisis de economistas o publicaciones que, durante todo el año y principalmente durante los últimos meses del año 2007, nos hablaban con pesimismo de las cuentas fiscales y de que prácticamente iba a desaparecer el superávit. Cabe señalar que el superávit que fijaba nuestro Presupuesto, aprobado por ambas cámaras del Parlamento argentino, lo colocaba en el orden del 3,15 o sea habíamos superado, hemos superado no el Gobierno sino los argentinos, porque en definitiva lo que hace el Gobierno es administrar los recursos de todos. Por eso los argentinos, no el Gobierno, hemos logrado una mejor administración de la que nos habíamos propuesto. Habíamos propuesto llegar a 3,15, el Parlamento había aprobado esa propuesta y allí estamos con un 3,20 para dar sustentabilidad a un crecimiento que además - números que recién me acaban de alcanzar - en materia de crecimiento industrial, de diciembre del año pasado a diciembre de este año, alcanzó los 9,9, casi el 10 por ciento en lo interanual; crecimiento del PBI de noviembre del 2006, a noviembre del año pasado (último dato) 9,6 de crecimiento.
Son datos que en definitiva hablan de lo acertado de un modelo económico, social, político y yo diría que hasta cultura, porque en definitiva optar por el trabajo, por la producción, por el esfuerzo no es solamente una decisión económica, política o institucional es esencialmente una decisión cultural.
La cultura es como decide vivir una sociedad, con qué instrumentos, cómo se va a desarrollar y eso hemos decidido los argentinos: apostar a la industria, al trabajo y a la producción.
Muchas veces, frente a iniciativas, como la que hoy estamos llevando a cabo, en cooperación con la República de Francia, que tiene altísima tecnología. Me tocó a mí viajar - y lo comentaba al señor ministro de Transporte - con mi hija, en el año 2006, en un tren de alta velocidad de la compañía, que es la que cubre el trayecto entre Madrid y Sevilla y realmente les puedo asegurar que es de una tecnología impresionante. Además de una practicidad porque, en definitiva, uno accede en el centro de la ciudad a una estación de trenes, tiene que llegar solamente un minuto antes de que parta del andén, como ustedes lo saben, y llega también al centro de la ciudad, a la cual decide ir, sin necesidad de trasladarse a los aeropuertos que por lo general están siempre en las afueras de la ciudad y usted requiere de media hora para llegar o más a un aeropuerto al otro y una hora, por los menos, de checking en cualquier aeropuerto.
Mi hija Florencia, que como ustedes saben es patagónica y tuvo el avión como instrumento de transporte, desde muy pequeña, me decía que le parecía mucho mejor, más atractivo y más cómodo viajar en tren. Ahora las compañías de aviación me van a matar, después de toda esta suerte de marketing que le estoy haciendo a los trenes. Pero lo cierto es que, además, el viaje en tren tiene aditamentos de disfrute personal, por lo menos, y de casi romanticismo diferente a los que puede tener viajar en avión. Y cuando hablo de romanticismo hablo en el verdadero y estricto sentido de lo que fue la filosofía de los románticos, fundamentalmente.
Pero lo importante, creo, es tener esa fe en que podemos hacer cosas que muchas veces, nos quieren demostrar que no son posibles entre nosotros mismos. No porque haya una conspiración entre nosotros mismos, sino porque, muchas veces, tenemos esa suerte de subestimación de nosotros.
Miren, yo quiero relatarles algo que hace algunos días leí y que me impresionó porque es un análisis que hace alguien que no es argentino. Ustedes saben que Google, esa importantísima empresa, radicó su oficina global aquí, en Buenos Aires. Yo conocí a uno de sus fundadores, Larry Page, que fue a visitarme a mi casa, en el Calafate, hace muy poco tiempo, un hombre de treinta y pico de años, cabezas más que importantes, se imagina, los que diseñaron Google, un monstruo en el verdadero y buen sentido de la palabra. Y le hacían un reportaje - el diario La Nación, para ser más precisos, a quien fue y es el jefe de la oficina global, aquí en Buenos Aires, que es un mexicano, Alvaro Alonso. Y le preguntaban acerca de cómo había decidido la instalación, nada más y nada menos, que había causado mucha sorpresa la instalación de Google global, aquí en la Argentina. Y él decía que, en realidad, muchos apostaban a que lo iba a hacer en México, pero luego de viajar muchísimo por el país, varias veces, de conocerlo, de conocer sus recursos humanos, sus perspectivas habían decidido hacerlo aquí en Argentina. Entonces, la periodista le pregunta si se habían instalado aquí por los costos o sea por la diferencia del tipo de cambio, competitiva, los costos. Y él respondió que no, que sería irresponsable hacerlo por los costos porque una región que siempre está sometida, como Latinoamérica, a cambios en cuanto a ciclos de crisis o de crecimientos económicos, apostar en Google únicamente por los costos, además de desacertado hubiera sido altamente irresponsable.
Pero la periodista no se quedó ahí e insistía con que no podía ser porque éramos buenos o porque teníamos recursos humanos, pero y porqué entonces, dice, prima la interpretación de que ustedes de han radicado aquí por otras razones y no por los costos. Y aquí si quiero tomarme la licencia de leerles textualmente la respuesta de este mexicano que dice: "En mi experiencia hablar bien de la Argentina, frente a argentinos, es difícil. No me dejan, siempre parecen encontrar razones para plantear lo contrario, este ‘fenómeno tango' (textual del mexicano, acota la Presidenta) es muy típico en la Argentina. Les es más creíble que nos hayamos instalado aquí, en la Argentina, por costos y no por las otras razones por las que hemos platicado: recursos humanos, condiciones, infraestructura, etc".
Y yo me quedé pensando en esto del "efecto tango" - usted sabe ministro - el tango es la música emblemática de la región rioplatense, no de la Argentina únicamente, más allá de que sea muy for export, pero por suerte, además del tango tenemos la chacarera, la zamba, cosas que normalmente levantan el espíritu y hace que todos los argentinos, en definitiva, no sólo los de la ribera rioplatense, tengamos esa cosa del "efecto tango". Así que yo creo que esta visión de un hombre, que no es compatriota nuestro, que es un empresario mexicano, latinoamericano como nosotros, tiene de nosotros mismos, eso del "efecto tango" me quedó repiqueteando. Entonces, propongámonos los argentinos que, además del tango, con eso de nostalgioso y muchas con cierto dejo de que las cosas no nos van tan bien o que está todo demasiado cambiado, propongámonos también, de vez en cuando, una chacarera, una zamba, optimismo, fuerza, creencia de que podemos hacer las cosas si nos ponemos a hacerlas, si nos ponemos a trabajar y no a desestimar y a desarmar cada una de las iniciativas que se nos presentan.
Lo importante, frente a todos los proyectos, este que es emblemático y que significará un ingreso de la Argentina a la modernidad, como la pensaron otros cuando imaginaron otras que también nos parecían. Yo comentaba recién con un amigo, antes de ingresar aquí sobre Puerto Madero, esa región maravillosa que tiene la Ciudad de Buenos Aires, fue también, cuando se pensó, en eso como una región de la ciudad, fuertemente criticada. Si mal no recuerdo, las crónicas periodísticas pueden dar fe, tal vez, de eso y hoy es una de las regiones más desarrolladas y más valorizada de esta maravillosa Ciudad de Buenos Aires.
Entonces creo, como lo dije hace muy poco tiempo, lo importante frente a todos y cada uno de los proyectos, que los argentinos abordemos es esa cosas positiva, esa cosa de trabajar para afrontar las dificultades, superarlas y entonces construir no solamente esta obra de la modernidad, sino una Argentina distinta de la modernidad en donde todos, pensemos como pensemos, cualquier sea nuestro espacio político e ideológico, tengamos el objetivo, por sobre todas las cosas, de poner a la Argentina en el lugar que nos merecemos todos los argentinos.
Por eso, con mucho beneplácito, por una obra de este tamaño, con el compromiso de todos para que las cosas puedan realizarse y llevarse a cabo, es que realmente, hoy, hemos dado un paso muy importante. Debemos dar más todavía, debemos articular todo el proceso e instrumentar toda la parte de financiamiento, el Ministerio de Economía va a trabajar, también, fuertemente en ello. Contamos, también, con que podamos colaborar, conjuntamente con el Gobierno de Francia, para poder articular todos los instrumentos necesarios y poder, finalmente, demostrarnos no solamente a los hombres y mujeres de otras latitudes que venga aquí a vernos, como diría, sino también por sobre todas las cosas - argentinos y argentinas- a nosotros mismos, que cuando nos ponemos un objetivo somos capaces de alcanzarlo.
Muchas gracias y tengan ustedes muy buenas tardes.

Palabras de la Presidenta en el acto de entrega de viviendas en José C. Paz.

Hermanos y hermanas de José C. Paz: quiero decirles en esta tarde tan hermosa que nos está tocando vivir, que ustedes no tienen nada que agradecer, al contrario somos nosotros los que tenemos que venir a decirles a ustedes: Gracias por haber creído en nosotros, gracias por seguir sintiéndose argentinos. (APLAUSOS). Tal vez ustedes, los que menos tienen, los que siempre han sido los más olvidados, los que siempre son considerados, los que no pueden dar nada, los que tenían más derecho a descreer de cualquiera que viniera aquí a decirles que las cosas iban a cambiar y, sin embargo, son ustedes los que más han sufrido, los que menos tienen, los que más creen, los que más dan, los que más apuestan por el futuro del país. (APLAUSOS).
Y esto nos habla, una vez más, de que es este pueblo, que son los argentinos, los que más sufren, los que menos tienen, los que constituyen la reserva de la Patria. Yo quiero decirles que, cuando hace unos instantes bajaba, y podía ver desde el aire, estas casas de tejas, con sus calles, su alumbrado público, su agua potable, algunos tal vez crean que es un plan de viviendas, es algo mucho más profundo, es algo mucho más importante: es la dignidad que se le debe dar a los trabajadores, a los hombres y las mujeres del pueblo, a los que siempre dan todo sin pedir nada, de vivir en un lugar propio. (APLAUSOS).
Quiero decirles que aquel 2005, hace ya casi tres años que vinimos aquí, esto era un terreno baldío, apenas los cimientos, hormigoneaban los hombres y las mujeres, organizados en las cooperativas, trabajando con sus manos, ladrillo con ladrillo, pico y pala. No sé si por ahí estará Mabel, una compañera que tenía cuatro hijos - me acuerdo - y que trabajaba, junto a otras mujeres paliando, poniendo ladrillo sobre ladrillo. Es que no estaban construyendo solamente una casa, no estaba construyendo únicamente una vivienda, estaban construyendo la vida de cada uno de ellos, que es lo que los argentinos han querido hacer, desde hace mucho tiempo.
Hace muy pocos días, visitábamos La Cava, allí me encontré con Bernarda, una mujer que hace tres o cuatro años atrás, en una visita que hice a la villa, me dijo: "compañera, el futuro no se puede adivinar, pero es posible construirlo con todos, codo a codo, mano con mano". Y esta construcción, que hoy vemos aquí, bajo la forma de tejas y prolijas paredes amarillas es eso, es construir presente y construir futuro, construir dignidad.
Por eso, en esta tarde maravillosa, y cuando veo ese cartel que agradece a mi compañero de toda la vida, el haber trabajado junto a ustedes, quiero decirles que para nosotros, que toda la vida hemos creído que era posible hacer algo distinto, que toda la vida hemos luchado por una Argentina en la que los argentinos volviéramos a reconocernos con fe, con alegría, con esperanza, con ilusiones de que el futuro no solamente es algo lejano, sino es algo concreto que podemos construir, quiero decirles que me siento muy feliz como todos ustedes, como el Intendente, como el Gobernador, como todos aquellos que desde distintos lugares trabajamos para construir una vida mejor. (APLAUSOS).
Hace unos instantes, me informaban en la Casa Rosada, en mi lugar de trabajo, números que son récord en la historia de los argentinos en materia de exportaciones, en lo que hemos crecido, números muy importantes, pero que más que importantes porque le dan sustentabilidad a este modelo económico, político y social es porque significa que millones de argentinos y argentinas han vuelto a la dignidad del trabajo, ese es nuestro compromiso de vida y de ideas. Y hoy aquí, en esta tarde, junto a ustedes, estamos dando testimonio de esa vida, que hemos comprometido con el trabajo y las ideas políticas.
La política ha vuelto a ser, hermanos y hermanas, en la Argentina un instrumento de cambio, de poder cambiar las cosas para mejor, para bien, para adelante, que es donde debemos ir todos los argentinos. Por eso, con todo el cariño, con toda la gratitud vengo yo hoy, pueblo de José C. Paz, en nombre mío y del compañero presidente, a darles las gracias a ustedes por haber confiado, por haber acompañado, por estar por una Argentina y por un país mejor para todos y para todas. (APLAUSOS).
Gracias y fuerza, a seguir trabajando con esperanzas, con ilusiones, con sueños, que es como la vida merece ser vivida por todos nosotros. Gracias y fuerza, mucha fuerza. (APLAUSOS).

Acto licitación obra interconexión Comahue-Cuyo


Viernes 18 de Enero del 2008
     
Muy buenos días a todos y a todas: escuchaba recién el desarrollo del Plan Energético y la obra que hoy estamos presentando cómo se inserta en ese Plan. Tal vez, por casualidad o por esas señales que siempre digo, está obra precisamente, escuchaba atentamente al ministro, su plazo de inauguración es junio de 2010, si mal no recuerdo, el año del Bicentenario, año que los argentinos vamos a utilizar para reflexionar acerca de lo que fue aquel primer Centenario y lo que va a ser este Bicentenario, cómo nos encuentra a los argentinas y a las argentinas en un desarrollo de objetivos estratégicos, que , como también lo señalaba el señor Gobernador, imaginar y ejecutar una provincia diferente y un país también diferente.
Me parece que este es el gran desafío que estamos llevando todos a cabo, obras como esta, obras como las que anunciamos el otro día del tren de alta velocidad, como tantísimas obras que se están desarrollando a lo largo y a lo ancho del país y que marcan precisamente un salto a la modernidad, un salto diferente, un salto de calidad que está dando el país, que sumado a estos números, que durante todo el año se empeñaron en decir que iban a ser diferentes, y ahí están con su contundencia; los números son los números como digo yo. Uno siempre frente a otras cuestiones puede tener una valoración o visión desde su punto de vista.
Pero allí está el récord de exportaciones que me anunciaba ayer el señor ministro de Economía, de diciembre a diciembre un crecimiento del 34 por ciento. (APLAUSOS) Y la cifra, de año a año, de los 46.000 millones de dólares que exportamos y que también fue en su momento una cifra récord en el 2006, más de 55.000 millones del 2007, lo que significa un aumento de año a año también del 22 por ciento y del 20 por ciento el superávit de diciembre del 2006 al 2007, que podría haber sido más aún la diferencia del superávit.
Ustedes se acuerdan que tuvimos el episodio de importación de combustibles durante los picos del invierno, que nos exigieron una sobredemanda energética, entonces tuvimos que importar combustibles, que obviamente significó un aumento en las importaciones y por lo tanto un superávit menor que el que hubiéramos tenido de no haber pasado ese episodio, que también es importante porque es más del 20 por ciento respecto del superávit del año pasado. También fue impresionante el 3,20 por ciento de superávit fiscal, contra el 3,15. Te acordás Celso que habíamos aprobado el presupuesto para el año que se ejecutó en el 2007, también superando esto.
Todo eso, además, el otro marco que es el que le da legitimidad, porque los números de la economía tienen legitimidad si además van acompañados de números en lo social. Todo esto se da en el marco de una reducción inédita también en las últimas décadas en la tasa de desempleo, de una política previsional, que vuelve a contemplar a los jubilados, a nuestros pensionados, como parte central en el proyecto de crecimiento, con una política salarial en materia de salario familiar y de recuperación del salario de los trabajadores, que hace que este crecimiento inédito tenga también la legitimidad política de lo social. Porque en definitiva, la economía, el crecimiento, tiene que tener como objetivo también a la sociedad, a los hombres y mujeres que viven en un país para que participen de ese desarrollo y de ese crecimiento.
Pero además creo que estamos quebrando también una lógica estructural que tenía el país, donde cuando comenzaba a crecer y subían las importaciones terminábamos en un cuello de botella, con estrangulamientos en el sector externo. Ayer me comentaba alguien, más entendido que yo en materia económica, que precisamente en esas crisis cíclicas de nuestro sector externo, un economista como Di Tella había acuñado la frase stop and go, es precisamente por caminar se para y luego finalmente vienen las crisis recurrentes.
Hemos logrado quebrar esa lógica porque seguíamos creciendo a tasas importantísimas y al mismo tiempo seguían creciendo las exportaciones, algo inédito realmente. Hemos logrado argentinos iniciar un proceso de transformación que no es propiedad de un gobierno ni de un partido, es patrimonio de todos los argentinos, esto hay que tenerlo muy claro. Debemos defender esto, no porque nos guste más o menos el Gobierno, los gobiernos pasan en definitiva y se resuelven en elecciones democráticas. Lo que hay que defender esencialmente es un modelo de acumulación, un modelo de crecimiento económico y social que viene a quebrar la cultura que se quiso instalar a partir del Consenso de Washington, que para ser buen político había que sacrificar al pueblo, esto era ser estadista, esto era tener visión estratégica.
Quiero además contar relatos, porque muchas veces uno desarrolla cifras económicas o tal vez estas obras de infraestructura, pero esto también tiene relatos de vida, puntuales y concretos. Ayer estuve, como todos ustedes saben, en José C. Paz inaugurando un barrio de viviendas muy lindo, con sus calles, sus techos de tejas, y el primero que recibió la llave fue un señor que subió al estrado con sus muletas, un hombre con capacidades especiales, llamado José Alberto Pérez, creo que así se llamaba; pedí que me hicieran recordar el nombre, quería saber su nombre completo porque me emocionó mucho. Él subió con su mujer embarazada y sus otros tres hijos, lloraba y me contó una historia que había protagonizado, era que hacía 4 ó 5 años atrás, 4 años o 3 años y medio me dijo, no recuerdo, estaba muy emocionado, estaba pidiendo, como tantas veces uno ha visto -vieron que hay mucha menos gente pidiendo en los semáforos, ¿se acuerdan de aquella Argentina donde había bandadas de gente pidiendo o limpiando vidrios?, vieron que ha comenzado a haber menos de eso-, él me contaba que estaba en una esquina de esta Ciudad de Buenos Aires, en un semáforo, y paró un auto y él reconoció al Intendente de José C. Paz, Mario Ischii. Le preguntó si era quien pensaba y él dijo: "sí, soy yo, ¿cómo sabe?" y su interlocutor le respondió: "es que yo soy de José C. Paz".
Entonces, contaba, me citó en la intendencia al otro día y me incorporó a trabajar a las cooperativas de trabajo que habíamos armado precisamente para hacer las casas, donde cada uno tenía una función específica. Entonces, me dijo José Alberto Pérez, que no solamente había conseguido trabajo, sino que había contribuido a construir su propia casa y la de los demás. Una historia y un relato que tiene que ver con esta Argentina que queremos en serio transformar.
Además, pensaba después a la noche porque hace unos días recibí una carta de un importantísimo empresario mendocino: el señor Enrique Pescarmona, titular de una de las más importantes empresas de la Argentina, IMPSA. Yo quiero leer la carta, me la mandó hace unos días y la vinculaba con esto que me pasó ayer. La carta dice:
Buenos Aires, 15 de febrero de 2008.
Señora Presidenta de la República Argentina, doctora Cristina Fernández de Kirchner:
"Tengo el agrado de informarle que el sábado 19 del corriente, en horas de la mañana -o sea mañana, hoy es 18- se firmará en Puerto Ordaz, Venezuela, con la presencia del presidente comandante don Hugo Chávez Frías, el contrato de la provisión de las turbinas y generadores Kaplan más grandes del mundo por parte de nuestra empresa. Es un orgullo para la tecnología nacional, el diseño, fabricación, transporte y montaje de estas grandes maquinarias hidráulicas, que serán diseñadas enteramente en nuestro país. Tocoma es el contrato más grande de la exportación de alta tecnología que haya hecho la República Argentina en su historia, por un valor de 520 millones de dólares.
"El contrato fue ganado en licitación pública internacional, financiado por la CA, precisamente la misma que nos financia esta obra que hoy estamos anunciado aquí; señales, yo siempre creo mucho en las señales. 600.000 millones de dólares de préstamo y se la ganaron a las siguientes empresas: General Electric, de Estados Unidos; Alstom de Francia, la misma del tren de alta velocidad y a Siemens, de Alemania. El nombre de estos tres monstruos, líderes en su sector de todo el mundo desarrollado, hablan de dos cosas: de la importancia de la obra y de la calidad de las cosas que podemos hacer los argentinos.
"Le agradezco a usted el apoyo que nos proporcionó la Embajada Argentina en Venezuela, así como todos los que intervinieron en este suceso. Con todo respeto, Ingeniero Enrique Pescarmona".
Ustedes me dirán qué tiene que ver el ingeniero Pescarmona, un importantísimo hombre de negocios de la República Argentina con José Alberto Pérez, de José C. Paz, un trabajador. Tienen mucho que ver porque cada uno ha comenzado a realizar las cosas que ha soñado, que ha querido y las cosas por las que ha luchado toda su vida, para un trabajador: tener su casa, tener trabajo, tener familia; para un empresario: ser exitoso, vender sus productos, exportar, dar trabajo a los argentinos, poner el nombre de la Argentina en el mercado internacional.
Estos son los relatos que dan carnadura a las transformaciones de las sociedades, más allá de las dificultades de las cosas que siempre nos pasan, a nosotros y al resto del mundo. Pero estos, argentinos y argentinas, son los relatos que valen, los que transforman, los que aportan, los que cambian la historia. Para las malas novedades ya hay demasiados. Estamos entonces absolutamente convencidos de que este 2010, este Bicentenario, va a encontrar una Argentina diferente, esto va a ser mérito no de un partido, no de un gobierno, sino de todos ustedes, los argentinos.
Muchas gracias y tengan todos muy buenos días. (APLAUSOS).





Anuncian la creación de un polo científico tecnológico

Miércoles 23 de Enero del 2008
   

Muy buenos días a todos y a todas: recién bromeaba con Lino Barañao acerca de esta observación que tuvo al finalizar su intervención, en cuanto a que el último edificio de estas características había sido ATC que era un medio destinado al entretenimiento, por así decirlo, a la información, y que emblemáticamente este edificio era precisamente destinado a ciencia y tecnología. La otra gran diferencia es además quiénes hicieron aquel edificio y fundamentalmente quiénes vamos a hacer este otro edificio, un gobierno democrático surgido como tal de la voluntad popular.
Ciencia y Tecnología, creo que es gran desafío que tiene la Argentina y tenemos los argentinos para este Bicentenario. Precisamente uno de los ejes sobre los cuales vamos a construir la conmemoración del Bicentenario va a ser la ciencia y la tecnología.
Ustedes saben que el primer Bicentenario estuvo caracterizado por casi un festejo reducido a los entonces grupos dominantes en la República Argentina y que geográficamente se limitó a una conmemoración aquí, en la Capital Federal, donde, además, la gran transformación que se proponía era hacer desaparecer todos los vestigios de lo que éramos, de la Argentina que había venido con su red hispánica y de la colonia, para hacer una Buenos Aires europea casi francesa; esta fue la gran conmemoración del Centenario.
Aspiramos a que este Bicentenario encuentre una conmemoración que tenga que ver, precisamente, con la ciencia y la tecnología, como eje central de la incorporación de la Argentina al siglo XXI y también con su pertenencia, su construcción federal y su pertenencia latinoamericana.
Pero creo que el gran desafío que nos plantea siempre la ciencia, las ciencias duras, las ciencias exactas, algo que admiro profundamente de ese sector, es el rigor. Creo que esta es la característica que por lo menos, más nos deslumbra a todos aquellos que desde las ciencias sociales o de otros sectores accedemos al mundo de las ciencias duras, de las ciencias exactas, ese rigor y esa precisión que se imponen los científicos, que se autoimponen los científicos antes de elaborar una sentencia, de llegar a una conclusión.
Creo que ciencia y tecnología y rigor deben ser también dos datos distintivos que debemos tener los argentinos como sociedad en todos sus sectores, en todos sus estamentos para este siglo XXI. Creo que esa falta muchas veces de rigurosidad en nuestras afirmaciones, de nuestros análisis nos llevan a equivocaciones, a yerros, a situaciones que nadie querría. Por ejemplo, yo leí ayer -esto a título de anécdota- el drama de los productores de tomate, que ahora en el Norte del país tiran la producción por los bajos precios.
Hace meses, apenas en septiembre, se construyó en torno al aumento circunstancial de este producto, una teoría fundamentalmente acerca de que el país y el modelo económico prácticamente se derrumbaba, a partir de la variación de esta fruta. Después sonaba a risa, pero  no es risueño, ni es pequeño.
Ayer escuchaba a productores por un canal de cable, C5N, creo, decir: "esto nos pasó por creerle a los diarios, ahora plantamos, tenemos sobreproducción y tenemos este problema". Y realmente cuando uno recorre las noticias, yo ayer estaba leyendo El Cronista, otro diario importante en materia económica, hablaba ahora de que "se desploma el precio del tomate y el Gobierno no hace nada" (esto es textual). También se reprocha la falta de intervención por allí de la Secretaría de Comercio, en cuanto a precios, cuando muchas veces también desde otro lado se critica la intervención de ese organismo en el mercado. Y por si todo esto fuera poco, se dice desde alguna ONG, algún dirigente no gubernamental, que en realidad el Gobierno está equivocado por que "el Gobierno no debería preocuparse por la suba de precios porque éstos estimulan la producción" (esto es textual). Hace unos meses estimulaban la inflación; hoy estimulan la producción.
Creo, entonces - argentinos y argentinas - que a partir de hechos puntuales podemos observar esto que yo les decía hace unos instantes: la falta de rigor que muchas veces tenemos cuando planteamos a la sociedad falsos dilemas o falsas cuestiones, que después se instalan en sectores de la sociedad y llevan, entonces, a decisiones económicas, decisiones políticas, decisiones sociales absolutamente desacertadas. Creo, entonces, que muchas veces lo que se reclama a las instituciones públicas es rigor profesional, rigor intelectual en definitiva porque podríamos, tal vez, subsumirlo en eso: el rigor intelectual cuando planteamos las cosas, cada uno en la especialidad y en el rol que le toca cumplir.
Y creo que en ese aspecto la ciencia, la tecnología, las ciencias duras son un ejemplo en cuanto a rigurosidad, a rigor científico de cómo deberíamos conducirnos en los distintos estamentos. Se nos plantea un desafío importante:  aprender, aprender de errores, aprender de decisiones políticas equivocadas y entonces poder construir una Argentina absolutamente mejor.
No es solamente un edificio, lo que les estaba planteando recién, el ministro de Ciencia y Tecnología, no es solamente la creación de una institución más, cuando decidimos la creación del Ministerio, es decididamente incorporarnos, en el siglo XXI, todos, argentinos y argentinas al mundo de la ciencia y de la tecnología, que es lo que ha distinguido la última parte, el final del siglo XX, pero que va a imprimir en toda su extensión al siglo XXI.
Por eso tenemos la decisión de reposicionar a la Argentina en ciencia y tecnología. Y hablo de reposicionar porque en algún momento, nuestro país, también, fue punta de lanza en América latina, en materia de desarrollo científico: los profesionales, los universitarios de ciencias exactas eran un rasgo distintivo en la Argentina. De modo tal de que muchos, después, fueron captados y hoy cumplen importantes funciones en distintos países.
Por eso, con toda la confianza de que podemos hacerlo, y lo vamos a hacer y con toda la decisión de incorporar la ciencia y la tecnología, y el rigor sobre nosotros mismos, que no significa ni ocultamiento ni falta de autocrítica, ni de crítica, al contrario, forma parte del pensamiento y del desarrollo de la humanidad tener un pensamiento crítico. Pero, fundamentalmente, hacerlo con rigor, con rigor profesional, con rigor intelectual, que es lo que muchas veces nos falta; no solamente a quienes escriben sino muchas veces, también, todos pecamos de estas cuestiones, que tanto mal hacen.
Así que agradecerles la presencia de todos ustedes, aquí, esta mañana. Y bueno, esperemos que en el Bicentenario, si no tenemos terminado el polo científico, en las ex Bodegas Giol, por lo menos estemos bastante adelantado en la construcción del edificio y en la construcción del rigor intelectual para todos los argentinos. Muchas gracias y muy buenos días. (APLAUSOS).